Autora de La cultura y las economías de la muerte y profesora de la Open University británica, Kate Woodthorpe se convirtió en la voz de referencia de los medios tras fenómenos como las demostraciones masivas que siguieron a la muerte de Michael Jackson. Para ella, "estudiar la muerte es también estudiar la vida, y dice mucho de los valores, de las personas, los lugares y las cosas".
-¿Cómo comenzó su interés en el manejo de la muerte como objeto de estudio? ¿No le resulta deprimente?
-Creo que la muerte es un objeto de estudio bastante especial por su universalidad: es de los pocos que realmente nos afectan a todos. No encuentro que sea tan deprimente. Estudiar el tema me ha hecho más consciente de lo finito de la vida, pero a la vez la reafirma y me recuerda a cada momento cuán preciosa es.
(...)
-¿Cómo se vivieron la muerte de Michael Jackson y la histeria que desató desde las torres de marfil del mundo académico?
-El gran debate radica en si la forma en que la gente expresa públicamente su respuesta al fallecimiento de una celebridad que nunca conoció personalmente es una manera posmoderna de conexión humana o si es una especie de dolor recreacional. Pero no todo es falso o inventado. Para las personas comunes, existe un factor movilizador genuino en la nostalgia y el deseo de sentirse parte de un acontecimiento cuando está teniendo tanta repercusión.
Fuente: La Nación
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