Iba a ser el día más feliz de mi vida. De esos que se cuentan a los nietos, de esos que te marcan para toda la vida. El día más importante en la vida de toda mujer. Me iba a casar. Y no solamente eso. Estaba embarazada de 2 semanas. Y además, me iba a casar con el hombre que más amo en el mundo, más que a mi propia vida. Como no podría amar a alguien más.
Mi mejor amiga y también madrina de la boda, Katlin, me tranquilizaba porque yo estaba muy nerviosa, como nunca. Esto había sido mi sueño desde chica, como también había sido tener un hijo, y además conocer un hombre como Frank. Como mi Frank.
- Tranquila, todo va a estar bien – me repetía una y otra vez Katlin y yo asentía y sonreía tocando a mi bebé, ya podía sentirlo.
Por fin llegó el momento. Ya tenía mi vestido blanco y con una cola enorme listo ansioso para mostrarse a la gente que había ido a la iglesia, pero tenía que esperar a que llegue “el novio” primero.
Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.
El tiempo pasaba y Frank no llegaba.
Decidí salir a la iglesia, sin importarme que tenía que esperarlo a él, disimulando que no pasaba nada. Cuando salí, la gente me miraba con lástima y cuchicheando con el que tenían al lado. Nunca me había sentido tan desdichada.
De todas formas, decidí esperarlo ahí. Aguanté unos 10 minutos hasta que le dije a Katlin que lo llamara –con toda la calma de la que fui capaz-.
- Está apagado, Jamia – fue todo lo que susurró.
En ese momento, la iglesia me empezó a dar vueltas y no sé si me desmayé, pero creo que me bajó la presión, no recuerdo mucho.
Cuando desperté, lo único que me dijo Katlin fue: “Jamia, él nunca llegó… ni siquiera llamó”
Desde ese momento, hace 5 años, la gente sigue rodeándome con rumores: “Seguro le pasó algo…” “Se arrepintió a último momento…” “Encontró una mujer hace unos días y se fue con ella” “…tenía otra mujer hace tiempo y parece que le pareció el mejor momento para que te enteres”
Yo no creo nada de todo eso. Todavía lo seguimos esperando, mi hija y yo. Ella no se va a quedar sin un padre. Vamos a ser felices juntos, los tres. Lo sigo y lo voy a seguir esperando por siempre. A Frank. Mi Frank. Mío y de nadie más.
FIN
Mi mejor amiga y también madrina de la boda, Katlin, me tranquilizaba porque yo estaba muy nerviosa, como nunca. Esto había sido mi sueño desde chica, como también había sido tener un hijo, y además conocer un hombre como Frank. Como mi Frank.
- Tranquila, todo va a estar bien – me repetía una y otra vez Katlin y yo asentía y sonreía tocando a mi bebé, ya podía sentirlo.
Por fin llegó el momento. Ya tenía mi vestido blanco y con una cola enorme listo ansioso para mostrarse a la gente que había ido a la iglesia, pero tenía que esperar a que llegue “el novio” primero.
Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.
El tiempo pasaba y Frank no llegaba.
Decidí salir a la iglesia, sin importarme que tenía que esperarlo a él, disimulando que no pasaba nada. Cuando salí, la gente me miraba con lástima y cuchicheando con el que tenían al lado. Nunca me había sentido tan desdichada.
De todas formas, decidí esperarlo ahí. Aguanté unos 10 minutos hasta que le dije a Katlin que lo llamara –con toda la calma de la que fui capaz-.
- Está apagado, Jamia – fue todo lo que susurró.
En ese momento, la iglesia me empezó a dar vueltas y no sé si me desmayé, pero creo que me bajó la presión, no recuerdo mucho.
Cuando desperté, lo único que me dijo Katlin fue: “Jamia, él nunca llegó… ni siquiera llamó”
Desde ese momento, hace 5 años, la gente sigue rodeándome con rumores: “Seguro le pasó algo…” “Se arrepintió a último momento…” “Encontró una mujer hace unos días y se fue con ella” “…tenía otra mujer hace tiempo y parece que le pareció el mejor momento para que te enteres”
Yo no creo nada de todo eso. Todavía lo seguimos esperando, mi hija y yo. Ella no se va a quedar sin un padre. Vamos a ser felices juntos, los tres. Lo sigo y lo voy a seguir esperando por siempre. A Frank. Mi Frank. Mío y de nadie más.
FIN
© Fío
Eso fue asombroso!!!
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